“Se dijeron unos a otros: ¡Miren, ahí viene el de los sueños! Vengan, vamos a matarlo; luego lo echaremos a un pozo y diremos que un animal salvaje se lo comió. ¡Y vamos a ver qué pasa con sus sueños!”
Génesis 37:19-20
Sus hermanos intentaron por todos los medios, la meta era callar a José (el soñador). El más grande enemigo para nuestros sueños, no son las personas que están a nuestro alrededor, no son los que no creen o que no nos apoyan. El más grande enemigo de nuestros sueños, somos nosotros mismos.
José pudo tirar la toalla al ver la negativa y desprecio de sus hermanos, pero no fue así. Nada y nadie pudo contra la ACTITUD de HIERRO de José; él creía en él propósito de Dios para su vida. De igual manera NO ENTERREMOS NUESTROS SUEÑOS, NO DEJEMOS QUE MUERAN, Dios los puso en nosotros para que lo adoráramos a través de ellos; Aún cuando las personas de las cuales esperábamos apoyo no hayan movido un dedo, o las puertas que creíamos que se abrirían no lo hicieron, creamos en el propósito de Dios para nuestra vida. Él nos ha llamado para ser realizadores de sueños, así que ánimo... Creamos, porque si Dios está con nosotros, tenemos lo que necesitamos.
Recuerda:
No dejes que tus sueños mueran, no tires la toalla, deja que Dios les de vida y adóralo, lo merece.
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