“Entonces la gente de la región se dedicó a desanimar a la gente de Judá y a no dejarlos construir”
Esdras 4:4
En el devocional anterior leímos cómo el pueblo de Judá tomó ánimo, se unieron e iniciaron con la reconstrucción, seguramente se emocionaron e imaginaban como quedaría el nuevo templo.
Todos en algún momento nos hemos sentido así, emocionados por retomar algo que creíamos que no sucedería más, por restaurar algo que estaba destruido, por solucionar conflictos, relaciones que se daban por acabadas.
Recordemos que la reconstrucción no será fácil, cuando menos lo esperemos vendrá el desánimo, vendrá la tentación, vendrán los recuerdos, sentiremos de nuevo el dolor, culpa, desesperación. Podrán aparecer circunstancias que no esperábamos y que “detienen” nuestro crecimiento espiritual.
Leamos el capítulo 5:2 “… se pusieron a trabajar de nuevo en la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén y los profetas de Dios estaban con ellos, para ayudarlos” Por difícil que parezca, no tiremos la toalla, Dios no nos abandonará, no detengamos la restauración de nuestra vida, no dejemos de buscar a Dios, no dejemos que nuestra fe, muera.
El proceso es difícil, pero con la ayuda de Dios venceremos.
Recuerda:
Levantar lo que ha sido destruido no es fácil, pero con la ayuda de Dios podrás hacerlo ¡No te rindas!
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