“¿Qué puedo hacer por ti? Preguntó el rey. Entonces me encomendé al Dios de los cielos”
Nehemías 2:4
Mucho se habla de la bendición, prosperidad, de alcanzar sueños, metas y tener éxito.
Nehemías sabía que el éxito que necesitaba lo encontraba en la presencia de Dios, siendo fiel y viviendo únicamente para honrar al Señor. Muchas veces nosotros queremos empezar al revés; pedimos las bendiciones y si vienen, entonces podríamos estar listos para servir y obedecer. No podemos y no debemos vivir de esa manera, porque nos encontraremos en una religiosidad muy activa, pero no necesariamente estaremos cerca de Dios.
No busquemos a Dios por lo que nos puede dar, busquémoslo por quién es, por gratitud, por amor, Él conoce de que tenemos necesidad, Él sabe que puertas necesitas que se abran, seamos fieles, amémoslo, sirvámosle, obedezcámosle, y entonces el se encargará de que la bendición llegue a tiempo, las puertas se abrirán en el momento oportuno. “¿Qué puedo hacer por ti? Preguntó el rey. Entonces me encomendé al Dios de los cielos” Nehemías sabía que Dios estaba abriendo las puertas que necesitaba para la restauración. Se acerca un nuevo año, estamos en el tiempo perfecto para cambiar de actitud y fortalecer nuestra relación personal con Dios, sorprendamos a Dios con nuestra fe y servicio.
Él bendecirá a su tiempo.
Recuerda:
Ora, obedece, sirve y ama a Dios,
Él a su tiempo te bendecirá.
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