“No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón”
1 Samuel 16:7b
Leer el pasaje anterior debe darnos alegría por una parte y por otro lado debe ponernos a trabajar. Dios no ve nuestra apariencia física para tomarnos como requisito para ser parte del Reino, no está viendo si medimos por lo menos 1.70 y si nuestra condición física y musculatura están en condiciones.
Puede que nos paremos frente al espejo y creamos que no somos aptos para cosas grandes, porque no nos sentimos bellos o tan bellas como las demás, ¡DIOS NO NOS SELECCIONA POR NUESTRA BELLEZA!
Si algo le interesa al Señor es el interior y por ello decía que es necesario que trabajemos en mejorar lo que está dentro de este cuerpo que ha sido creado por el mismo Dios.
La disposición del corazón, la actitud y la humildad. Esas cosas si que son importantes para el Señor, así que no desmayemos, no tiremos la toalla, saquemos de nuestro interior todo lo que no agrada al Señor, digamos adiós al enojo, a la falta de perdón, al egoísmo y dejemos que nuestro Padre limpie nuestro interior.
Recuerda:
“No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” Eso es lo que Dios te dice en este día.
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