“…En seguida Samuel… consagró como rey al joven, David. A partir de aquel momento, el espíritu del Señor se apoderó de él” 1 Samuel 16:13b
David, era un joven pastor de ovejas, con dotes musicales, sin duda tenía iniciativa y liderazgo; para los ojos humanos no era la persona idónea para gobernar un pueblo con tantas complicaciones como lo era Israel.
Dios le dice a Samuel no seas como todos, YO VEO EL CORAZÓN, en ese momento, David recibió el más grande desafío de su vida, era un joven talentoso y en él estaba el potencial; pero es acá donde podemos darnos cuenta que humanamente no bastamos para alcanzar los planes de Dios, nuestra capacidad se queda corta.
Inmediatamente David fue tomado por el Espíritu de Dios. Tener habilidades, talentos y un llamado al Reino, no nos hace inmunes al pecado, tampoco nos hace invencibles ante el enemigo. Cuando nosotros disponemos nuestros talentos y dejamos que el Señor nos abrace, que nos guíe y dejamos que Él vaya al frente, entonces nos irá mejor.
Sin el Espíritu de Dios y solamente con nuestros talentos, podremos alcanzar algunas cosas... Pero nunca podremos alcanzar los sueños de Dios para nuestra vida, este es un llamado Especial ¡Necesitamos al Espíritu Santo!
Recuerda:
Debes ser uno solo con el Espíritu de Dios, Tú y Él juntos hacen el equipo perfecto.
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