"Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará."
Salmos 1:3
La vida de una persona que camina en obediencia a la Palabra de Dios es comparada con un árbol plantado junto a corrientes de agua. Este árbol tiene todo lo necesario para crecer y dar fruto en el momento adecuado.
No importa las estaciones o los vientos adversos, su hoja siempre permanece verde porque sus raíces están firmemente conectadas a una fuente inagotable de vida. Así también, cuando vivimos arraigados en Dios y Su Palabra, Él nos da estabilidad, fruto en Su tiempo perfecto, y nos lleva a prosperar en todo lo que hacemos según Su propósito.
Recuerda:
Permanece conectado a la fuente de vida que es Dios. Él te fortalecerá, te hará fructífero y te llevará a cumplir Su propósito en tu vida.
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