Isaías 5:20
Cuánta ingratitud puede haber en el pueblo de Dios? El Señor ilustra su pueblo Judá como un viñedo que ha plantado en un terreno fértil, lo ha cercado, lo ha cuidado y su pueblo en vez de dar fruto dulce, dió uvas agrias, ¿Cuando las uvas se dañaron? Cuando empezamos a vivir por nuestra propia cuenta, cuando somos indiferentes a Dios y a su misericordia, cuando pensamos que lo sabemos todo, entonces viene la confusión, cuando nos creemos sabios en nuestra propia opinión y que no necesitamos a Dios en nuestras decisiones, cuando somos altivos entonces viene la caída, cuando somos ingratos viene la confusión, no discernimos bien entre lo bueno y lo malo.
Muchas veces no nos damos cuenta de lo que está haciendo satanás en nuestra vida, en nuestras familias en nuestros hijos, muchas veces ensuciamos nuestros ojos con lo que vemos y nuestros oídos con lo que escuchamos, engañados y esclavizados nos descomponemos y empezamos a ver normal aquello que desagrada a Dios, pero cuando somos agradecidos tendremos cuidado de lo que vemos, de lo que oímos, de lo que practicamos, para agradar a aquel que nos a dado todo.
Recuerda:
ser agradecido te libra de descomponerse y ser destruido.
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