alto” Levítico 26:13b
Con el yugo se aprisionaba el cuello de los cautivos. A mi parecer el simple hecho de ser cautivo dice mucho, ya que la posición de esclavo les dejaba sin libertad locomoción, de expresión… No tenían voz, ni voto, no podían decidir ni por su propia vida. Además de eso portar un yugo cortaba toda libertad física, el peso de este artefacto que aprisionaba el cuello y manos no sólo era físico, sino que también golpeaba fuertemente la identidad de cualquier persona.
Jesús ha venido a romper con toda esclavitud, a quitar cualquier yugo.
No es la voluntad de Dios que vayamos por la vida siendo esclavos del pecado, cautivos por el pasado. Jesús vino para que tengamos una nueva razón de vivir. Hoy, es un día para adorar, no importa lo que pasó ayer, Dios nos perdona y nos libera. Adoremos con la frente en alto, Dios ha sido bueno, su amor es para siempre y declaremos juntos que: ¡Él nos ha hecho libres!
Recuerda:
Jesús vino a romper toda esclavitud, no es la voluntad de Dios que seas esclavos del pecado.
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