Juan 4:24 RVR1960
Tú y yo somos criaturas adoradoras por naturaleza, para eso fuimos crea-
dos. Una mirada alrededor de nuestro mundo revela un panorama de ado-
ración. Nuestra cultura incluye una gran cantidad de estilos, una multitud
de definiciones, y múltiples motivos. El tener presente el papel central de la
adoración en la vida de un ser humano es tener presente nuestra razón de
ser, así como la actividad eterna de los santos en el cielo.
Así que, de acuerdo a la Palabra, hacemos bien el considerar lo que Dios quiere que seamos. Entonces, ¿Cómo es tu adoración? Cuando la palabra nos habla de que le adoramos en “espíritu” significa desde tu interior – la palabra “espíritu” en esta ocasión no se refiere al “Espíritu Santo”, sino al espíritu humano.
Cuando la palabra nos habla de que le adoremos en “verdad” – significa la
actitud del sujeto- la sinceridad del corazón. No se puede tener a sí mismo por «adorador en espíritu y verdad» quien no se ajusta en su conducta a las enseñanzas y normas del evangelio. Esta es la clase de adoradores que el Padre busca. Si no le adoramos en espíritu y en verdad estamos errando en el blanco de nuestra adoración.
Entonces te pregunto de nuevo; ¿Cómo es tu adoración?, ¿Informal o for-
mal?, ¿Ritualista o espontánea?, ¿Ruidosa o tranquila?, ¿Digna o imprudentemente apasionada?
Muchas personas tienen una opinión distinta sobre estas alternativas, pero
no son realmente el corazón de la cuestión. Lo que Dios desea tiene menos que ver con la forma en que expresamos nuestra adoración que con el espíritu detrás de ella.
En nuestra adoración a nuestro Creador, Dios busca la inspiración y la integridad, la sinceridad y el espíritu de sacrificio. Él quiere nuestra expresión externa para que coincida con nuestras actitudes interiores. Él quiere que sea real. Eso es difícil para nosotros. Caemos en el error tan fácilmente: Estamos demasiado emocionales o no lo suficientemente emocional, demasiado rígido o demasiado estructurado, demasiado consciente de sí o no consciente de sí mismo suficiente. Por encima de todo, somos expertos en convertir un corazón de adoración en un comportamiento rutinario en un abrir y cerrar de ojos. Lo que era sincera devoción de ayer es un espectáculo para la aprobación de Dios hoy. Lo que antes era un acto de pasión es ahora un acto de compromiso. Nuestros corazones pueden enfriarse más rápido de lo que pensábamos.
¿Cómo es tu adoración?, ¿Es un ritual de los domingos, una emoción fre-
nética que se puede poner y quitar?, ¿Se limita a un solo estilo de música o
a una iglesia particular? Lo más importante, es que es más Que la piel. Dios busca a aquellos cuyo culto emana de su interior. Él desea la alabanza legítima y la integridad entre el corazón y la boca. Él quiere
ser lo que más atesoramos. “Adorar a Dios es darse cuenta de la finalidad
para la cual Dios nos creó” Herbert Carson Oración: Padre, gracias por enseñarme lo es que adorarte en espíritu y verdad. Ayúdame siempre a tener un espíritu correcto ante ti, que muestre amor y pasión, no por lo que puedas darme sino por quien eres. Ayúdame a estar cerca de ti porque estando cerca, me pareceré más a ti. Gracias porque hoy puedo renovar mi espíritu para comenzar a tener las actitudes correctas que buscas en tus adoradores. Perdona si con el pasar de las situaciones o por costumbre, mi corazón se enfrió o no estaba alineado para adorarte en verdad. Úneme a tu río para que crees en mí un corazón sincero que busque siempre hacer tu voluntad.
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