“La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de Comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió.
Luego le dio a su esposo, y él también comió” Génesis 3:6
No podemos negar que romper las reglas y desobedecer trae a nuestra vida cierta adrenalina que lo hace interesante. El pecado en la mayoría de los casos se presenta como algo atractivo, algo apetecible; por ello es que debemos hacernos fuertes en Dios, porque decir no al pecado no siempre es fácil, muchas veces nos lleva a tener una lucha interna.
La voluntad de Dios es que lo amemos, que seamos obedientes y sin duda no
hay otra forma de hacernos fuertes más que en su presencia, cerca de Dios.
Te animo para que hoy, cada vez que vengan luchas, tentaciones y pruebas nos escondamos en Dios y pidamos su ayuda, junto a Él podemos vencer el mal ¿Te unes a esta lucha?
Recuerda:
Es tiempo de vencer el mal, refugiándote en Dios; junto a él puedes hacer la diferencia.
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