“Levántate y vete a la ciudad de Sarepta… Ya le he ordenado a una viuda… que te dé de comer”
1 Reyes 17:9
Dios da una orden, Elías una vez más obedece; pero al llegar a Sarepta ¡Sorpresa!
La viuda era muy pobre, estaba recogiendo leña para cocinar lo último que les quedaba (versos 10-12) ¿Cómo ella le daría de comer a Elías? Esta es una historia fascinante que te invito a leer.
Con esto aprenderemos varias lecciones prácticas. Primero, la obediencia de Elías, su confianza estaba puesta en Dios. Cualquiera de nosotros le habría dicho al Señor “¿Es una broma? ¿Me mandas con una viuda? Envíame con alguien de dinero que me pueda ayudar en realidad” Elías no lo hizo, se levantó y fue.
Segundo, aún en medio de dificultades y necesidad podemos ser de bendición
para alguien; en este caso hablo de Elías, él andaba buscando que comer y se encuentra con una mujer muy necesitada; pero el simple hecho de que Elías y su obediencia estuviera en su casa, provocó que la bendición del Señor cayera sobre la viuda e hijo. Siempre tenemos algo que dar cuando caminamos en obediencia y confianza en Dios. “Para mí quiero” esa frase no debe ser parte de nuestro vocabulario, si la bendición nos acompaña, siempre tenemos algo para dar.
Recuerda:
Si obedeces, la bendición te acompañará y alcanzará a los que te bendigan.
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