“Pero Amnón tenía un amigo muy astuto…”
2 Samuel 13:3
Seamos claros, que bueno que podamos tener amigos… Pero recuerda, “el que anda entre la miel algo se le pega” o también hacemos uso del otro refrán: “dime con quien andas y te diré quien eres”.
Amnón uno de los hijos de David, se encontraba en una confusión tremenda y recurre a la ayuda de su “GRAN” amigo, un muchacho astuto llamado: Jonadab; este, en lugar de dar un sabio consejo, planea una estrategia para facilitar el pecado de Amnón. ¿Qué gran amigo no? Hagamos una pausa y leámosla historia completa en
2 Samuel 13.
El pecado de Amnón provocó la división de la de la casa de su padre David, Corrió sangre, trajo luto y desgracia... todo por seguir la voz de una persona que ofreció consejo incorrecto.
Si anhelamos ser mejores adoradores cada día, es necesario que evaluemos quienes son nuestras amistades, quienes son esos confidentes a los que prestamos atención y de los cuales seguimos consejo. Seguir a la persona equivocada puede hundirnos y alejarnos de Dios.
Un amigo de verdad, siempre verá nuestro bienestar... Dirá la verdad aunque eso ponga en juego la relación, ojala entre nuestros amigos, tengamos a personas temerosas de Dios, que con sus palabras nos hagan crecer y ser mejores personas.
Recuerda:
¿Qué clase de personas son tus amigos? No pases este día sin evaluar esa área de tu vida.
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