“Después llegó el Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes: ¡Samuel! ¡Samuel! Habla que tu siervo escucha - contesto Samuel”
1 Samuel 3:10
Ayer mencionamos la inocencia de Samuel, alguien lo llamaba y no sabía quien era, ¡no conocía acerca de Dios! Esto deja una elección para tomar en cuenta, nosotros a menudo perdemos la inocencia, actuamos y vivimos como que conociéramos a perfección los planes y los deseos del Dios Todopoderoso. Debemos ser más inocentes y humildes para estar pendientes de lo que Papá tiene que decirnos, nosotros no tenemos la mente de Dios, por ello es una necesidad escucharlo.
Samuel sabía que estar y vivir en el templo no le daba ninguna autoridad sobre el Señor y reconocía su papel de siervo, habla que tu siervo escucha. ¿Está nuestro corazón listo para prestar atención a lo que Papá tiene que decir? Dios ya conoce a lo que aspiramos, deseos y proyectos...
¡Porque se lo hemos dicho y él nos ha escuchado! Pero ¿Conocemos los planes que el Señor tiene para nosotros? ¿Hemos tenido tiempo y humildad para escucharlo?
Recuerda:
En este día aparta un tiempo y con toda tu Humildad dile: Habla Señor que tu siervo escucha.
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