Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram;
Génesis 14:22-23
Alguien dijo lo siguiente: “El dinero no es la felicidad, pero como se le parece”; ¿cómo desaprovechar una oportunidad de tener riqueza? Para Abram esto no fue problema, él sabía en quien había creído.
Nuestro futuro no depende de cuánto dinero tenemos, tampoco de ganarnos la lotería, menos de que alguien se apiade y nos dé una ofrenda... Nuestra vida está en las manos de Dios.
Abram había identificado eso, él sabía que el Dios que lo llamó es el dueño del oro y de la plata, el que abre y cierra puertas.
No te desesperes, ten paciencia, confía y adora a Dios. La única bendición que necesitas es la del Padre, Él te dará lo que necesitas pero búscale y clámale con humildad. Reconoce que lo que tienes y tus logros vienen de Dios, adóralo porque es bueno. Sólo Él enriquece y bendice
Recuerda:
Dios es el único que enriquece, es el dueño de todo; ¿quieres bendición? Busca a Dios de Corazón.
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