"Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba."
(Hechos 12:24)
El poder de la Palabra de Dios no tiene límites. A pesar de las dificultades, las persecuciones y los obstáculos, la Palabra sigue creciendo y transformando corazones. Este versículo nos recuerda que Dios es quien da el crecimiento, y nada puede detener Su propósito.
Como creyentes, somos llamados a sembrar Su Palabra en todo lugar, confiando en que Él hará que dé fruto. Aunque no siempre veamos resultados inmediatos, podemos confiar en que Su mensaje continuará multiplicándose, trayendo vida y esperanza a muchos.
Recuerda:
Comparte la Palabra de Dios con fe y confianza, sabiendo que tiene el poder de crecer y multiplicarse más allá de lo que imaginas.
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