"Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia."
(Filipenses 1:21)
Pablo, al escribir estas palabras, refleja una vida completamente entregada a Cristo. Para él, vivir significaba glorificar a Jesús en todo lo que hacía, y morir era una victoria porque le llevaría a la presencia de su Salvador. Este versículo nos desafía a evaluar qué significa "vivir" para nosotros. ¿Estamos viviendo para Cristo, permitiendo que Su amor y propósito guíen cada área de nuestra vida? Cuando Cristo es el centro, nuestras decisiones, actitudes y prioridades reflejan Su presencia en nosotros. Vivir para Cristo nos llena de gozo y propósito, y la esperanza de la eternidad con Él nos da paz y valentía.
Recuerda:
Haz de Cristo el centro de tu vida; todo lo demás cobrará su verdadero valor.
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