"En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá."
2 Reyes 18:5
Ezequías, rey de Judá, marcó la diferencia en su tiempo al depositar toda su esperanza en Dios. Su confianza no estaba en sus habilidades, su ejército ni en alianzas humanas, sino en el Señor de Israel.
Este versículo nos recuerda que la verdadera grandeza no proviene de logros externos, sino de una relación íntima y dependiente de Dios. Ezequías no solo puso su esperanza en Dios, sino que perseveró en obediencia, convirtiéndose en un ejemplo incomparable de fe.
Hoy, como él, estamos llamados a confiar plenamente en Dios, a pesar de las circunstancias o desafíos. ¿En quién estás poniendo tu esperanza?
Recuerda:
Solo en Dios encontramos seguridad, dirección y propósito duradero.
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