Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Salmos 46:1
A lo largo de nuestra vida enfrentamos diferentes tipos de tribulaciones: problemas familiares, financieros, de salud o incluso espirituales. Sin embargo, Dios nos asegura que no estamos solos en estas batallas. Él es nuestro refugio, el lugar seguro al cual podemos correr cuando todo parece estar en caos. Además, Dios no es solo nuestro refugio, sino también nuestra fortaleza; cuando nuestras fuerzas se agotan, Él renueva nuestras energías para seguir adelante.
Hoy, medita sobre las tribulaciones que estás enfrentando. Lleva cada una de ellas a Dios, confiando en que Él es tu refugio y tu fortaleza. No importa cuán grande sea el desafío, Dios está contigo, listo para ayudarte.
Recuerda:
Dios es tu amparo y fortaleza en cualquier situación que enfrentes.
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