"Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará."
Juan 12:26
Jesús nos llama a servirle con un corazón sincero y entregado. El verdadero servicio a Cristo no solo implica nuestras acciones, sino también nuestra disposición a seguirle en todo momento, sin importar las circunstancias. Servir a Jesús es un acto de amor que nos lleva a caminar en su presencia y a estar donde Él está. La promesa que Jesús nos da es hermosa: aquellos que le sirven con fidelidad serán honrados por el Padre. Este honor no se limita a esta vida, sino que también se extiende a la eternidad, donde compartiremos la gloria de nuestro Salvador.
Recuerda:
Seguir y servir a Cristo trae consigo la bendición de Su compañía y la promesa de ser honrados por Dios.
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