Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17
Todos queremos oír a Dios, pero no todos escuchan. Aquiete su mente y su alma y simplemente espere en Dios. Quizá pueda no oír nada en ese momento, pero si honra a Dios al esperar en Él, Él hablará a su corazón en el momento oportuno cuando más lo necesite.
Para comenzar, aparte cinco minutos al día para sencillamente aquietar su mente y escuchar. Asimismo, pase tiempo en la Palabra de Dios y háblele (ore) acerca de todo.
Recuerda
Desarrolle el hábito de escuchar, de lo contrario nunca oirá.
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