¿Qué pediríamos si nos encontráramos en el lugar de Salomón? ¿Sería la oportu-
nidad esperada toda la vida? Riqueza, placer, poder, fama ¿Qué cosa pediríamos? El joven Salomón no se equivocó en decidir, pidió algo que a muy pocos se nos hubiese ocurrido ante tal puerta abierta: SABIDURÍA.
Seguramente todos en algún momento hemos pensado: “si tan solo tuviera más
recursos”, “si se me abrieran las puertas, entonces si”. Porque manejamos nues-
tra vida pensando que lo más importante es amasar riquezas, trabajar para ser
“alguien” en esta vida. No todo lo que brilla es oro, necesitamos ese ingrediente que ayude a marcar la diferencia en nuestra vida: Sabiduría. La Palabra dice: “el que esté falto de sabiduría que se la pida a Dios”.
La sabiduría trae consigo muchas otras bendiciones, no empecemos por el con-
trario, muchos creen que primero deben conseguir TODO para que luego venga la
sabiduría. Nuestras decisiones y caminos serán diferentes cuantos nos atrevamos
a pedir lo correcto, lo que tiene más urgencia. Sabiduría.
Recuerda:
¿Qué eliges? La sabiduría es tu mejor elección.
Publicar un comentario