lloraron la muerte de Saúl…”
2 Samuel 1:11-12
David estuvo en peligro de muerte por causa de Saúl, su vida corrió peligro. Esa era suficiente razón para que David se llenara de rencor
y tuviera sed de venganza. El joven pastor nunca hizo algo para ganar un enemigo a muerte, injustamente era perseguido; aún cuando tuvo la oportunidad de acabar con sus propias manos con la vida del rey Saúl, no lo hizo. A pesar de lo difícil que el rey hizo la vida del muchacho hijo
de Isaí, no hubo odio, ni rencor, ni siquiera se atrevió a levantar la mano en contra del monarca. Por el contrario cuando le informan que Saúl a muerte, se llena de luto, rasga sus ropas como símbolo de un gran dolor y junto a sus súbditos lo lloran.
Esto nos deja una gran lección: “no importa cuan amenazados nos sintamos por alguien, un vecino, una persona de la familia o alguien que causó mucho daño en nuestra vida con actitudes pasadas, una ex pareja, padre o madre, etc.” No dejemos que nuestro corazón se llene de odio; este es de nuevo un llamado a perdonar TODO lo que nos ha afectado
negativamente.
Recuerda:
Si eres sabio y sabes perdonar... nada podrá de-
tenerte. Confía en Dios, aférrate de su mano... Él
no te dejará.
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