1 Samuel 25.41
Una vez más iniciamos con interrogantes ¿Hasta que nivel ha llegado tu servicio?, ¿Eres un servidor o te autodenominas un servidor? Definitivamente de Abigail deberíamos de enseñar y predicar más seguido en las iglesias. Una mujer que deja claro que su prioridad era servir, no solamente al rey, sino también a los esclavos... Eso es servicio desinteresado.
Este es un ingrediente que no puede faltar en la vida de un adorador “Servicio” pero no hablo de las reuniones o cultos; hablo del estilo de vida que nosotros debemos tener.
Jesús vino para servir y no para ser servido. En ocasiones mal interpretamos el sentido de la palabra SERVICIO y perdemos el rumbo, conforme van pasando los años, nos cansamos o nos sentimos en un nivel en el que otros
deben hacerlo, seamos ejemplo SIRVAMOS.
Debemos mencionar que este es buen tiempo para que la gente no solamente escuche el mensaje, sino también vean como Jesús nos utiliza como embajadores del Reino a través de nuestro servicio. No hemos sido llamados para supervisar el servicio de otros, Jesús mismo nos llama hoy a SERVIR. Listos y dispuestos para hacer toda buena obra, ese debe ser nuestro lema de vida.
Recuerda:
¿Eres un servidor ejemplar? ¿Qué esperas?
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