Salmos 34:18
Fuimos diseñados para adorar, no podemos hacer otra cosa que no sea reconocer a nuestro creador y rendirle culto. No se trata de adorar un día o cuando mejor nos sintamos, debe ser diariamente y con un espíritu sincero.
Varias cosas que suceden cuando adoramos a Dios, una de ellas es que nunca volvemos a ser igual ,porque el espíritu de Dios nos quebranta y remueve lo que está mal en nuestras vidas.
Recuerda
Cuando nuestro espíritu está apagado la mejor manera de encenderlo es a través de un encuentro con el Altísimo. ¡Adoremos!.
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