Todos alguna vez hemos fallado y sin duda también alguien nos ha defraudado; personas que mienten, que incumplen sus promesas. A todos nos ha pasado pero en este día debemos convencernos de lo que la Palabra de Dios nos da son ofrecimientos y promesas que veremos realizarse.
Dios no cambia de parecer, no promete o dice algo sólo por agradarnos y tener simpatía con nosotros. Él no es como nosotros. Si ha prometido bendición, espera con fidelidad que pronto llegará, la invitación es para que mientras el Señor cumple su Palabra, nosotros podamos ofrecerle en este día nuestra mejor adoración.
Recuerda:
Dios no cambia de parecer, si lo prometió lo cumplirá.
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