dará a entrar a esa tierra y nos la dará. Es un país donde la leche y miel corren como agua” Números 14:7-8
Las promesas de Dios son excelentes y son muchas, pero hoy, es necesario que nos evaluemos ¿estamos siendo portadores de las bendiciones
del Señor? Definitivamente es un buen medidor para saber que tan obedientes y fieles somos ante Él.
Dios ya había dicho a Israel que esa sería su tierra, ellos fueron y verificaron que esa tierra tenía todo lo que Dios había ofrecido, pero no ter-
minaron de convencerse que Dios había preparado esa tierra de bendición para que habitara su pueblo. Eso mismo nos pasa a nosotros, hemos
escuchado y leído que las bendiciones del Señor están para nosotros, pero por miedo y desobediencia las dejamos escapar. Nunca olvidemos, las bendiciones vendrán cuando estemos dispuestos a pagar el precio:
ADORAR A DIOS CON OBEDIENCIA Y FIDELIDAD.
Recuerda:
Has escuchado y leído que las bendiciones del Señor están para ti, no las dejes escapar por miedo y desobediencia.
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