“Anda, haznos dioses que nos guíen, porque no sabemos que le ha pasado a este Moisés que nos sacó de Egipto”
Éxodo 32:1
Unos de los grandes males de la humanidad son la impaciencia y la infidelidad; a menudo deseamos que el mismo Dios haga las cosas cuando nosotros creemos que merecemos que se hagan. El pueblo de Israel se desesperó al ver que pasaban los días y no tenían respuesta de Dios a través de Moisés. Muchos dieron a Moisés por muerto y a Dios por perdido ¿Qué hicieron? Pues fácil, buscaron nuevas motivaciones, nuevos dioses.
Regresaron a su vida pasada en donde estaban llenos de idolatría, la vida vieja fue la solución.
Debemos comprender que Dios no trabaja para nosotros, Él no está para recibir nuestras órdenes o satisfacer nuestros caprichos. Él espera nuestra adoración, nuestra fidelidad y nuestro amor. Dios sabe cuándo es el tiempo necesario para actuar, para bendecirnos y para levantarnos... Pero debemos adorar con fidelidad, dejemos la vida vieja atrás, no busquemos consuelo en otros supuestos dioses que lo único que harán es acabar con nuestra relación con el único y poderoso Dios. EL ÚNICO DIGNO DE ADORAR ES EL GRAN YO SOY.
Recuerda:
No necesitas ir tras otros dioses, solamente necesitas ser fiel… para que el único Dios te bendiga y tengas su favor.
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