“Los magos trataron también de producir mosquitos por medio de sus artes mágicas, pero no pudieron”
Éxodo 8:18
Las obras de nuestro Dios son únicas como Él; nada, ni nadie puede igua-
larlo… Su presencia es incomparable; en ningún lugar encontraremos lo
que Dios nos ofrece.
Pedro (el apóstol) lo dijo bien: ¿A quién iré? A parte de ti no hay nadie.
Las fuerzas del mal tratan de imitar lo que Dios hace, para entretenernos
y desviarnos; pero nunca podrán ofrecer lo que Dios da a sus hijos. No
es magia, no es algo místico; es Dios el Todopoderoso, único e inigualable.
¿Cómo no alabarlo?, ¿Cómo no rendirle nuestra vida? adorémosle por su grandeza.
Recuerda:
Nada, ni nadie es comparable a tu Dios, sus obras jamás serán imitadas… adóralo con libertad.
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