“Oh, Señor, ¡ningún dios puede compararse a ti! ¡Nadie es santo y grande como tú!”
Éxodo 15:11
Nadie merece nuestra adoración, nadie más es digno de que le llamemos Señor… el único es el Todopoderoso.
Hoy, es una oportunidad maravillosa para que le adoremos, le busquemos
y declaremos su poder, su gloria y su santidad. Recuerda que no solo lo adoramos y alabamos con palabras, la mejor adoración es aquella que se vive... Así que no dejemos pasar la oportunidad, abramos nuestra boca y
demos palabras de amor... Por otro lado dejemos que nuestra vida sea la mejor ofrenda de alabanza. Él la merece, no hay nadie que se le pueda
comparar.
Recuerda:
El único digno de gloria es el Señor, nadie se le compara… lo menos que puedes hacer es adorar y rendirle tu vida.
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