“En esta casa nadie es más que yo; mi amo no me ha negado nada, sino sólo a usted, pues es su esposa; así que, ¿Cómo podría yo hacer algo tan malo, y pecar contra Dios?”
Génesis 39:9
La tentación, la prueba, el pecado, la incredulidad son algunas de las herramientas que el enemigo utiliza para detenernos y evitar que nos acerques más a Dios. José tuvo que enfrentarse a muchas de esas luchas, incluyendo la tentación sexual. La mujer de Potifar era una mujer hermosa, no lo dudo; Era la oportunidad perfecta para José, nadie lo estaba viendo, no tenía a su líder o pastor cerca, no había quien lo delatara.
Entonces, ¿Qué detuvo a José? Él no era un religioso, tenía sus prioridades ¿Cómo podría yo hacer algo tan malo, y pecar contra Dios? No dejemos que el pecado nos aleje de Dios, no caigamos en el juego del enemigo; el pecado parece atractivo y satisfactorio, pero todos sabemos que no lo es, no llena el vacío que necesitamos llenar. Dios puede saciar nuestra vida, adorémoslo, rindámonos ante Él.
Si nos hemos equivocado y le hemos fallado, levantémonos, pidamos perdón y sigamos en la batalla. Dios merece nuestra fidelidad, el Señor sabe que podemos vencer el mal.
Recuerda:
El pecado viene como algo atractivo y satisfactorio, pero sólo Dios puede llenar el vacío en el corazón humano.
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