“Así que un día Abram le dijo a Lot: tú y yo somos parientes, así que no está bien que haya pleito entre nosotros, ni entre tus pastores y los míos” Génesis 13:8
Recordemos la segunda parte del gran mandamiento “… Y a tu prójimo como a ti mismo”, esto se refiere a AMAR.
En muchas ocasiones creemos que sólo adoramos a Dios dentro de un templo, pero no nos damos cuenta que la adoración a Dios va mucho más allá.
Abram nos da una gran lección de cómo adorar a Dios a través de nuestras relaciones. ¿Quieres adorar a Dios? Pues es tiempo de que exista paz en tu hogar, en el trabajo, en la universidad o cualquiera que sea tu entorno.
Adora a Dios generando lazos de hermandad y amor con las personas que están cerca tuyo, sin hacer distinción alguna. Recordemos lo que nos dice 1 Juan 4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues si uno no ama a su hermano, a quien ve,
tampoco puede amar a Dios, a quien no ve”. La Palabra es clara... Adoremos a Dios a través de nuestras relaciones, seamos transmisores de su paz y su amor.
Recuerda:
Adora a Dios a través de tus relaciones personales, lleva el amor de Dios a todo lugar donde vayas.
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