✿❦Devocional diciembre 30❦✿

sábado, 30 de diciembre de 2023

Estamos en el penúltimo día del año y a través de la siguiente lectura recordemos lo que hicieron algunos de aquellos hombres y mujeres admirables y cuál fue su recompensa:
“Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. Nuestros antepasados fueron aprobados porque tuvieron fe. Por fe sabemos que Dios formó el mundo mediante su Palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse.
Por fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el que ofreció Caín, y por eso Dios lo declaró justo y le aceptó sus ofrendas. Así que, aunque Abel está muerto, sigue hablando por medio de su fe.
Por su fe, Enoc fue llevado en vida para que no muriera, y ya no lo encontraron, porque Dios se lo había llevado. Y la Escritura dice que, antes de ser llevado, Enoc había agradado a Dios. Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.
Por fe Noé, cuando Dios le advirtió que habían de pasar cosas que todavía no 
podían verse, obedeció y construyó la barca para salvar a su familia. Y por esa misma fe, Noé fue heredero de la justicia que se obtiene por la fe.

Por fe, Abraham, cuando Dios lo llamó, obedeció y salió para ir al lugar que él 
le iba a dar como herencia. Salió de su tierra sin saber a dónde iba, y por la fe 
que tenía, vivió como extranjero en la tierra que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, que también recibieron esa promesa. Porque Abraham esperaba aquella ciudad que tiene bases firmes, de la cual Dios es arquitecto y constructor.
Por fe también, aunque Sara no podía tener hijos y Abraham era demasiado 
viejo, éste recibió fuerzas para ser padre, porque creyó que Dios cumpliría sin falta su promesa. Así que Abraham, aunque ya próximo al fin de sus días, llegó a tener descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo y como la arena de la orilla del mar, que no se puede contar.
Todas esas personas murieron sin haber recibido las cosas que Dios había prometido; pero como tenían fe, las vieron de lejos, y las saludaron reconociéndose a sí mismos como extranjeros de paso por este mundo. Y los que dicen tal cosa, claramente dan a entender que todavía andan en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en la tierra de donde salieron, bien podrían haber regresado allá; pero ellos deseaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por ello, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les tiene preparada una ciudad”. 

Hebreos 11:1-16 DHH
Se viene un nuevo año ¿estás listo para agradar a Dios con tu fe? En tus metas 
y planes para el próximo año no olvides la obediencia y la fidelidad al Señor.

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