“… Aunque Saúl era nuestro rey, tú eras el que verdaderamente dirigía a Israel en tus campañas…”
2 Samuel 5:2
¡Tu trabajo, tu esfuerzo nunca es en vano! David fue pastor de ovejas, luego sirviente en la casa de Saúl, después pasó a tener un cargo importante al frente del ejercito, su trabajo pudo pasar desapercibido para Saúl el rey, que en lugar de premiar la calidad de servicio quería matarlo. Ya estando en el trono David se entera de lo que el pueblo pensaba de él: “Aunque Saúl era nuestro rey, tú eras el que verdaderamente dirigía a Israel en tus campañas”... ¡sorpresa! Para el pueblo no pasó desapercibido el trabajo del pastor de ovejas, para el pueblo simbolizaba más que un simple guerrero... David era sinónimo, de un líder nato.
De igual manera hoy podría parecer que nuestro trabajo nadie lo toma en cuenta,
ninguno se acerca a decirnos “gracias por tu tiempo” “gracias por dar la milla extra” “gracias por todo lo que haces” esto sucede en casa, en el trabajo, en la iglesia, en la comunidad y muchos al no recibir el reconocimiento se desinflan, se desaniman y no siguen realizando tan importante labor.
El consejo para hoy es, no tiremos la toalla; nuestro trabajo no pasa desapercibido... Puede que públicamente no lo reconozcan pero las personas ven el esfuerzo, creatividad, esa milla extra que recorremos en lo que realizamos; tarde o temprano vendrá la recompensa.
Recuerda:
Tú trabajo nunca es en vano, las puertas pronto se abrirán.
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