Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
Génesis 17:7
Cuando decidimos poner nuestro corazón y lo que somos delante de Dios, Él
no sólo hace un pacto con nosotros, sino que también nuestra descendencia
recibe las bendiciones del altísimo. Es por ello que amar (adorar) a Dios es tan importante, no dejemos que nuestra vida de adoración se convierta en una vida de rutina religiosa.
Dios espera que le entreguemos el corazón, la mente, las fuerzas; Él quiere
ser la fuente de nuestra inspiración, cuando encuentra tal disposición en un hijo, no puede negarse a bendecirlo y bendecir a los suyos.
El desafío de este día es ¿puedes analizarte por un momento?, ¿Qué herencia estás dejando a los tuyos? Dios es la mejor herencia que puedes dar a la gente que amas. Él será siempre nuestro Dios, sólo debemos adorarlo.
Recuerda:
Dios quiere bendecirte y a tu descendencia; lo que tú hagas ahora es clave para este pacto.
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